miércoles, 21 de abril de 2010

ESPERA Y REPOSO


Es una carencia psicológica grave no saber pedir que te ayuden a atar los cordones de los zapatos?
Tal vez.

Pero a veces el orgullo salvaje de saberse capaz de tanto no se doblega ante unas palabras tan complejas o desagradables como las que salen de boca de un médico sin vocación.

A veces aguantar el dolor mientras uno se repite para sus entrañas un “puedo hacerlo” simplemente no funciona. A veces sentir que no puedes fiarte de tu cuerpo roto no es solo lo más desagradable, sino lo que menos esperabas que pasaría.

Es de iluso?
Seguramente.

Hace unos días fui operado de la rodilla izquierda y no se los días que estaré sin poder ponerme el gi y el cinto, sin poder calzarme los guantes y bucal. Que no me dejaré caer en el tatami viendo como se evapora el sudor de mi cara con una sonrisa que recorta jadeos exhaustos.

Por eso, cuando por las noches el dolor no me deja dormir y una lágrima quiere salir a acabar el trabajo… justo en ese momento algo me hace recordar que cuando uno cae al tatami , aún así, siempre se tiene que volver a levantar.

Esa es la disciplina.

No hay nada más. He descubierto que, para mí, eso son las artes marciales. Y lo he tenido que descubrir fuera del dojo.

Por eso, a todos aquellos que entiendan con sus carnes y sus tripas de lo que estoy hablando, les digo desde aquí: levantaos coño! un asalto más!!!

Y después? Preguntó Jaimito.

Pues otro. Y así siempre. Hasta que se acabe el combate.

Espero que este texto sirva de auto-ayuda para gente en mi estado.




No hay comentarios:

Publicar un comentario